Y tras la navegación, llega la capi. El Cairo fue nuestra base de operaciones para las visitas de la segunda parte del viaje.
Giza
De nuevo tocó madrugar para ir a una de las visitas más icónicas en Egipto: las Pirámides de Giza, en las afueras de El Cairo. Las pirámides fueron la forma en la que enterraron a los faraones durante las dinastías III a VI (siglos XXVII a XXI aC).
La primera parte de la visita nos mete de lleno en las pirámides. Pudimos pasear por las bases y epatarnos con las dimensiones de los bloques de piedra que sostienen estos monumentos.
Después fuimos a la pirámide de Kefren (la segunda en dimensiones). Esta visita consiste en entrar dentro de la pirámide. Voluntariamente. Sin que nadie me obligara. Tenía bastante incertidumbre, pues la entrada se hace por un pasadizo muy estrecho en el que hay que ir de cuclillas. No tengo claustrofobia como tal, pero mi sentido de la conservación se puso alerta ante la idea de meterme en un túnel pequeño bajo toneladas de peso. Mucha gente comenzaba el descenso, pero al asomarse al pasillo se daban la vuelta, así que no las tenía todas conmigo.
Finalmente, me animé a entrar con Álex y sus hermanos y ¡salimos todos vivos! Dentro de la pirámide la sensación es muy opresiva y es fácil perder la noción del exterior y sentirse atrapado.
La tercera parada en esta visita fue un mirador desde donde disfrutar de la perspectiva que da una panorámica. En esta parada te daban la opción de contratar un paseo en camello, pero mi grupo (éramos 6) preferimos disfrutar de las vistas y no contribuir al maltrato animal.
Para terminar la visita, nos acercamos a la gran Esfinge, cuya construcción es un misterio, aunque nuestro guía afirmó rotundamente que “fue un error, una casualidad, tenían ahí un bloque gordo y decidieron tallarlo”.
Algo pasó en esta visita, no sé si fue místico o que había mucha gente y ruidos… Al principio no le di importancia, pero en cierto momento ya no pude ignorar más los hechos: me había convertido en una guiri. Así que vi lo que hacían el resto de guiris y me hice las fotos de rigor:
Menfis y Saqqara
Menfis fue la capital del Bajo Egipto y en la zona hay bastantes restros que visitar, como el Coloso tumbado, que debería estar de pie, pero se cayó y aprovecharon para crear un nuevo estilo de escultura.
También la Pirámide escalonada, que fue precursora de las famosas pirámides de Giza, construida por el célebre arquitecto Imhotep (que luego también sería actor en Hollywood).
Visita en el Cairo
Un día dedicamos a visitas dentro de la propia ciudad. Primero fuimos a ver la Mezquita de Alabastro, muy bonita. Nos encontramos con un grupo de estudiantes pequeños que decidieron que Álex y yo éramos más interesantes que la mezquita (yo también lo opino, por supuesto) y se acercaron a preguntarnos los nombres y salir pitando con un ataque de timidez.
Visitamos también una iglesia copta preciosa, a la que se accede a través de un “patio cordobés”.
La última visita importante (para mí) fue el Gran Museo Egipcio. Aún no está abierto el nuevo y aún más grande museo, así que este sigue siendo el de referencia. Aunque ya han movido muchas piezas al nuevo, aquí se siguen manteniendo algunas tan importantes como las joyas de Tutankamón o varias momias.
No es un museo moderno, sino más al estilo del S. XIX, un almacén / catálogo organizado; el nuevo precisamente viene a mejorar este aspecto. Es una visita muy sobrecogedora por la magnitud de las piezas expuestas. Hay muchas tallas originales (sin restaurar) de más de cuatro mil años y con la policromía prácticamente intacta.
Hicimos la visita siguiendo la selección y explicación de nuestro guía y creo que fue un acierto: estuvimos unas dos horas y pudimos ver algunas piezas importantísimas en contexto y dejamos para otra ocasión (que ya llegará) un paseo más exhaustivo.
Y fin…
Para mí fue un viaje muy atípico: todo organizado, sin control de la agenda, intentando abarcar mucho… Aunque a mi vuelta entiendo las razones por las que están configurados así los itinerarios, para sacar mucho rendimiento a distancias que pueden hacerse muy largas. En nuestro grupo apenas hubo problemas estomacales, o como lo llaman aquí, “la maldición de Tutankagón” XD.
Es el tercer país africano que visito, muy distinto de Marruecos o Tanzania, y me encanta poder dar mejor forma al continente en mi cabeza.
Y así se terminó un viaje muy especial en el que he asomado brevemente la cabeza a una cultura milenaria increíble. El patrimonio histórico y cultural que hay en Egipto apenas tiene rival en el resto del mundo, y abre las puertas a una civilización fascinante. También me traje amores y desamores: Ramsés me cayó fatal y Hatshepsut es una faraona (literal).
Y para fascinante… ¿el selfie? ¡no! El super grupo con el que visité Egipto :D
Y las fotos del viaje…
¡Hasta pronto!