Portugal 2017 - Sintra
En las afueras de Lisboa está una de las visitas más famosas de Portugal: la villa de Sintra, donde pudimos visitar el Palacio da Pena y la Quinta da Regaleira.
Llegamos al acceso al Palacio da Pena a primera hora y ya estaba atestado de coches desde bien abajo, así que aparcamos a medio camino. Si habéis seguido las anteriores lecciones sobre orografía lusa, ya sospecharéis que la mitad que quedaba no era llana ni cuesta abajo. Así que tocó salvar un buen desnivel para llegar a la entrada del Palacio. Esta subida por una carretera rodeada de espeso bosque nos daba ya una pista del entorno natural.
Entramos en la finca del Palacio, a una zona con estanques, vegetación muy cuidada y rinconcitos para descubrir. Y así llegamos paseando hasta el propio Palacio, donde nos hicimos fuertes en la “cola para entrar”. Nos sorprendió ver a tanta gente en Sintra siendo un día de festivo nacional en el que todo cerraba en Lisboa y que solo abría Sintra. Era imposible preverlo.
La visita por el Palacio fue una procesión llena de gente de sala en sala. El palacio en sí es precioso, de un romanticismo totalmente sacado de escala: el orientalismo característico se refleja en los mocárabes y artesonados árabes, hay muchas columnas de estilo manuelino y otras fusiones “exóticas” para el S.XIX. El resultado es curioso y sorprendente a la vista. Además está en un enclave privilegiado, en lo alto de una Pena (peña) con lo que el paisaje es asombroso.
Información útil para visitar el Palacio da Pena
Tras el Palacio da Pena nos acercamos a la Quinta da Regaleira; es una finca que pertenecía a la condesa da Regaleira y que se hizo famosa después de que la comparara Antonio Carvalho Monteiro y la remodelara por completo: hizo estanques, invernaderos, caminos, ¡caminos subterráneos!, pozos “para iniciados”, colocó estatuas y también puso simbología masónica por toda la finca. Un parque temático del S.XIX. La visita me gustó muchísimo, se puede recorrer toda la quinta siguiendo los caminos y las escaleras de las torres como se prefiera, y en cada rincón hay algún detalle reseñable.
Información útil para visitar la Quinta da Regaleira
Terminamos la visita y aún nos quedaba tiempo, así que nos acercamos al Cabo da Roca, el punto más occidental del continente europeo (lo siento finisterranos), y un punto muy típico donde ver la puesta de sol. Había bastante gente pero pudimos disfrutar un rato del entorno mientras el sol de media tarde quemaba nuestras retinas. Como nos sentíamos ya cansados del trote del día, nos volvimos tranquilamente a Lisboa, y fuimos a cenar un pequeño restaurante que nos cautivó: 3 generaciones de mujeres cocinaban a la vista de los (pocos) comensales que estábamos. Nos encantó la comida, casera y deliciosa, y el vinho, verde y también delicioso ^_^
Y con un buen vinho terminamos el día; ya nos quedaba únicamente cerrar el viaje y volver a casa, pero aún nos sacamos una visita de la manga… ¡Nos vamos a Évora! Pero antes, no os quedáis sin el selfie:
Ni os quedáis sin las foticos: