¡RUTAZA POR LA PEDRIZA! Como el 15 de Mayo es festivo en Madrid Capital (San Isidro), y como daban buen tiempo, el equipo Tontako nos preparamos una ruta por La Pedriza, que aún no habíamos visitado juntos. La ruta, además, llega hasta Los Chorros, que ni Alex ni yo conocíamos. Así que a pesar del madrugón, se veía venir una ruta fantástica.
Madrugón porque a las 6am sonaba el despertador, lo que es más temprano que en días laborables, porque el senderismo no está reñido con ser muy tontos. Eso y que el acceso a La Pedriza está bastante restringido. Dentro del parque hay varios aparcamientos, con unas 270 plazas y es muy típico tener que hacer cola en la barrera de entrada durante mucho rato hasta que te dejan entrar y buscas hueco. Aunque el 15 solo es festivo en Madrid (y no en los pueblos cerca de nuestra ruta), sospechamos que quienes no iban a la Pradera de San Isidro se acercarían para aprovechar el buen tiempo.
Llegamos de los primeros al aparcamiento de Cantocochino, con otros poquísimos madrugadores. Me llamó mucho la atención la cantidad de trail runners que había; durante la ruta me imaginé cómo sería correr por esas pistas y más o menos lo vi así:
La Pedriza es un gran batolito granítico (y cuando iba al cole las otras formaciones rocosas se metían con ella, normal). Es una zona en la parte Sur de la Sierra de Guadarrama, que se caracteriza por grandes rocas de granito con caprichosas formas. Esto le confiere un paisaje muy típico y que hace honor a su nombre:
Sobre las 9am dejamos el coche para tomar la pista que nos llevaría hasta el Puente del Francés. Aunque era pronto, el sol ya calentaba un poco y pudimos empezar la ruta sin necesidad de muchas capas de ropa. Como fuimos con tiempo, dedicamos esta primera parte de la ruta a repasar mis conocimientos de orientación, uso de mapas y brújulas: son cuestiones muy básicas pero conviene practicarlas de vez en cuando. También intenté talonar unas distancias pero como requiere ir concentrada contando pasos y eso sí que no, pues lo hice fatal, a diferencia de Alex que lo clavó!
Hasta el Puente del Francés la ruta discurre por una pista fácil junto al río Manzanares, que a estas alturas lleva un agua muy viva y cristalina, sin mucho que ver con cómo está el río cuando llega a Madrid; según avanzamos hacia el interior del valle, vemos el camino rodeado de pinos, algún abeto y con suerte se ve algún tejo. Y vacas, había vacas por todas partes. En esta parte se concentran normalmente mucha gente pero como fuimos prontito éramos unos pocos compartiendo el camino.
Desde el Puente del Francés salen unas escaleras por la izquierda con un pequeño tramo de subida pronunciada. Este tramo sigue un camino muy estrecho entre jaras; es algo expuesto, especialmente cuando nos encontrábamos o nos cruzábamos con otros paseantes, pero con la ayuda de los palos y con mucha paciencia pude pasar tranquilamente por este tramo que nos llevó hasta el Puente del Retén. En este punto es donde comienza el ascenso; no es una pendiente muy dura, pero desde luego es el tramo más difícil de la ruta: es un camino estrecho con muchas piedras. Y es cuesta arriba. Todo mal. En esta parte de la ruta, los enormes bloques de piedras dejan de ser parte del paisaje y pasan a ser parte del camino.
Y así al cabo de un rato llegamos a Los Chorros, una cascada preciosa al fondo del valle, desde donde se tienen unas vistas impresionantes. Es el lugar perfecto donde hacer un descanso al sol, con el agua de la cascada refrescando ligeramente.
Tras descansar un poco y tomar un refrigerio, nos pusimos en marcha para la vuelta. Hasta el Puente del Retén era el mismo camino, esta vez cuesta abajo (esto es bien!). Según nos íbamos acercando escuchamos el helicóptero de los bomberos; al principio parecía que se dirigía a la Cuerda Larga pero en seguida vimos que bajaba en el valle donde estábamos nosotros. En una roca de forma imposible, posó la parte delantera de los patines y vimos que se bajaban unos bomberos. Seguimos hasta el Puente del Retén donde estaban realizando un rescate. Como en realidad la operación de rescate cortaba el camino, pudimos quedarnos y ver lo que hacían, y cómo remontaban la camilla hasta el helicóptero y se llevaban al desafortunado tobillo con señor incluido. Estábamos tan cerca que pudimos apreciar bien todo, hasta el punto que cuando el helicóptero bajó para enganchar la camilla, las hélices levantaron toda la tierra de La Pedriza y pudimos apreciar bien toda la arenilla de la zona. Consejillo: no os acerquéis a un helicóptero en La Pedriza. Este consejo aplica a un helicóptero en marcha, y no aplica si estáis siendo evacuados. Si estáis siendo evacuados dejaos hacer en serio.
Sobre las 14:00 llegamos a La Charca Verde, que es el paseo/visita más típico de la zona. Había gente por todas partes, pero aun así pudimos encontrar una sombra (bajo una roca de 200 toneladas!), donde dimos buena cuenta de nuestras viandas, porque ya teníamos un hambre que espantaba. En toda esta zona hay carteles que advierten de que está prohibido bañarse; no deja de sorprenderme que haga falta tal aviso en una zona que se llama “charca” y “verde”. Podría haber sido un agua esmeralda y entonces es tentador, claro, pero ¿charca verde?
Y tras comer y disfrutar junto al río claro y refrescante, volvimos al coche por un camino entre pinos cuya sombra agradecí mucho. La ruta me ha gustado mucho, salir de Madrid, un poco de verde y tranquilidad. Es bastante sencilla y asequible. Hemos visto gente de todas las preparaciones físicas y muy distintos equipamientos, aunque es cierto que se notaba que sufrían más quienes iban con suelas blandas o muy gastadas. Y es que La Pedriza resbala, así como norma general. La ruta que hemos seguido es esta y es muy recomendable.
El resumen del track es que hemos hecho 12.3km con 600m de desnivel en unas 5h (de movimiento, descansos aparte). Aquí os dejo nuestro track en un mapa:
¡Y el selfie! Entre los pinos, celebrando que habíamos sobrevivido:
Así como el álbum con el resto de fotos del día:
¡Hasta la próxima!