Canadá 2019 - Calgary

Nuestro viaje por Canadá comienza en Calgary, capital de Alberta y la ciudad más importante cerca de las Rocosas.

Nada más aterrizar, nos encontramos en el aeropuerto YYC con varios voluntarios voluntariosos y uno de ellos nos indicó cómo ir al centro. Nos lo indicó mal. Fatal. Y tuvimos que improvisar. El trabajo en equipo se nos dio bastante bien y entre los 4 pudimos llegar finalmente a nuestro alojamiento.

Encontramos dos formas de movernos desde el aeropuerto hasta el centro de Calgary:

la cómoda: línea 300 con varias paradas en el donwtown; 10.4CAD desde el aeropuerto y 3.4CAD desde Calgary.
la barata: coger la línea 100 hasta la estación de tren McKnight Westwinds Station, desde ahí la línea B de tren que te deja en City Hall. 3.4CAD (el mismo billete sirve para el bus y el tren)

Calgary, de primeras, parece una ciudad más bien sosa. De segundas también, pero por algún sitio teníamos que empezar.

Todas las compañías de alquiler de caravana con las que contactamos nos exigían pasar al menos una noche en Canadá antes de recogerla.

Comenzamos el día tomando un potente desayuno en un típico diner y nos fuimos directas al Glenbow Museum, donde sabíamos que tienen una gran exposición sobre las Naciones Originarias de Canadá.

Este museo me gustó mucho aunque fui incapaz de ver ni la mitad. Me centré en la exposición de First Nations porque me parecía más interesante y relevante, ya que tenemos previsto visitar zonas donde vivieron las Naciones Originarias de Canadá. Es una exposición contada en primera persona, dando voz a las gentes Blackfoot que habitaban esta tierra.

Me gustó mucho la aproximación museística, donde el estudio antropológico da paso a una versión con opinión e historia propias. Es como si nos sentáramos alrededor de un fuego y los Blackfoot nos contaran sus costumbres, desde su punto de vista y con sus propios intereses.

En la exposición había también espacio para hablar del resto de clanes, incluidos los inuit del norte, de su relación con el hombre blanco y de la mitología que se transmite de generación en generación.

Cuando terminé con la exposición de Naciones Originarias, deambulé un rato por el museo hasta llegar a una exposición de mujeres pintadas (o fotografiada) por mujeres. Esta exposición fue un poco más sencilla que la anterior, pero también muy interesante.

A la salida del museo aprovechamos para comer algo. Entramos en un sitio de sopitas y tenían 2 para elegir, la sopa picante o la sopa vegana del día. Que también picaba. Una lección que aprendí por las bravas (pun intended): en Canadá toman mucho picante. La comida está siendo entre poco y nada reseñable, por lo general lleva picante, salsas BBQ, etc y es cara. Como en USA salvo que no te dan tanto la chapa.

Tras el refrigerio nos dimos un paseo por la Stephen Avenue, la principal arteria comercial de la ciudad, que está cerrada a los coches y se pasea estupendamente. A las 17 estaban las terrazas llenísimas de grupos cenando y bebiendo (¿?).

Intentamos visitar la Calgary Tower, una de las atracciones más importantes, con tan mala suerte que estaba cerrada “hasta nuevo aviso”, así que nos contentamos con las distintas perspectivas de la torre que fuimos encontrando mientras paseábamos la ciudad.

Como hacía solecito, nos sentamos en la Olympic Plaza, un parque fantástico con un laguito donde pequeños y mayores se refrescaban.

Por la noche, justo al llegar al alojamiento, empezó a caer una tormenta tremenda, que incluso hizo saltar los plomos de la casa y que vimos como mal augurio. A ver qué tal se porta el tiempo en los próximos días.

Por la mañana, cogimos la autocaravana y nos dirigimos hacia la siguiente etapa del viaje, ¡los dinosaurios!

No tengo selfie del día de Calgary, pero tengo esta fotaza mía con Henrietta Muir, que consiguió, atención, que las mujeres fueran consideradas personas. Hubiera quemado un sostén en su honor, pero he venido con el equipaje muy justo.

¡Y las foticos de Calgary!

¡Seguid atentas!

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Yamila Moreno