Tras dos días de viaje, tocaba uno de los platos fuertes: Coliseo, Foro y Palatino. Era además una visita muy especial para mí, ya que soy muy de Julio César, y tenía mucha emoción ante la idea de asomarme a sus pretéritos pasos.

La visita

De las poquitas cosas que trajimos preparadas, una fue la visita al Coliseo. Descubrimos que desde hace unos meses hay una modaildad nueva para conocer estos monumentos: consiste en una visita guiada por Coliseo, Foro y Palatino, y dura aproximadamente 3 horas. Así que tras un copioso desayuno, nos acercamos paseando hasta el Coliseo.

Antes de localizar el Circo Máximo nos desubicamos un poco y de pronto no teníamos ni un solo paso de cebra, lo que nos obligó a volver sobre nuestros pasos. El primer día en Vietnam crucé de noche (y llovía a mares) una autopista llena de coches, pero fui incapaz de cruzar en Roma. Va una perla de sabiduría: si tratas al peatón como a la mierda, eres mierda. Romanos, hacéoslo mirar.

Y así, tras despotricar un ratico, llegamos al Coliseo, donde nos esperaba una visita guiada en español; el grupo era de 24 personas, y también pudimos contar con la radio para escuchar a la guía.

La visita que hicimos nosotros y que nos gustó mucho, la contratamos aquí. Esta web es lo más oficial que he encontrado.

Coliseo

Ojo que las entradas guiadas tienen hora y no te van a dejar entrar antes. No es que me pasara ni nada, sino a otras personas que vi mientras no hacía la cola…

El Coliseo está claramente preparado para mucha más gente de la que estábamos ese lunes por la mañana; en algún panel informativo había algo de aglomeración, pero por lo demás, todas las vistas, terrazas y fotos que quisimos estaban a nuestra disposición.

Aprendimos que el Coliseo se llama así no porque sea colosal, sino porque había una colosal estatua de Nerón en la puerta. Lo construyeron en realidad los Flavios en el S.I, pero no pudieron evitar que tomase el nombre de la estatua.

Es un anfiteatro (dos teatros) enorme, de unos 190x150 metros y otros casi 50 metros de altura. Tenía varias funciones entre las cuales, la función de “molar más que todo” puntuaba alto. Aquí se celebraban los famosos juegos de gladiadores, con animales, algunas naumaquias, etc. Todo era gratuito y todos los romanos tenían algún sector con sitios para ellos.

Cabían 60000 (sesenta mil) personas, que es más que toda la población de Segovia capital, que se dice pronto.

Hacia el S.IV, con el auge del cristianismo, la decadencia del imperio romano (y que ya les quedarían pocos leones que maltratar), el Coliseo cayó en desuso, y a lo largo de los siglos fue objeto de saqueos sistemáticos para aprovechar sus materiales.

Me resulta imposible resumir la visita al Coliseo como si se pudieran resumir casi 20 siglos de historia. Pudimos asomarnos a la arena, rodear todo el anfiteatro y dejar espacio para imaginarse esa mole en pleno apogeo.

Palatino

Salimos del Coliseo tras los pasos de nuestra guía; como había poca gente, decidió que la visita continuaba pasando bajo el arco de Tito, de camino al Palatino.

El Palatino es una de las siete colinas de Roma, seguramente la más famosa. En esta colina se encontraba la gruta de la loba, y aquí Rómulo trazó la línea sagrada de la fundación de la nueva ciudad. Aquí además se encontraron restos de los primeros asentamientos del S.VIII aC. Vamos, que fue una colina muy concurrida.

Durante la época de la República, fue un barrio residencial y también dio espacio a algunos de los edificios más impresionantes de la época, con ilustres vecinos como Cicerón.

Requiere de bastante imaginación hacerse una idea de cómo era pues no quedan más que ruinas, pero nuestra hábil guía nos señalaba las estancias, los límites de las habitaciones y algunos detalles que facilitaban la labor de suponer cómo debían vivir.

Foro

Dejamos atrás el Palatino y entramos en el tercio final de la visita, el Foro romano. Más o menos en medio de las siete colinas había un cenagal. Había malechores y también gente honrada comprando y vendiendo. Durante la época de la República vieron que lo que realmente había era una oportunidad para crear un centro de negocios, ¿es muy atrevido llamarlo co-working? ¿co-laboring tal vez?

Esta oportunidad pasó por drenar la zona y convertirla en el centro de la vida política y económica. También es el sitio donde actualmente viene gente a dejar flores para César todos los 15 de marzo. El mundo no deja de maravillarme. Yo ya me apunté para ser la encargada en los próximos idus de marzo.

La visita recorrió también la historia posterior del Foro y Palatino, cómo fueron zonas de veraneo para la nobleza y cómo volvió a caer en el olvido hasta su re-descubrimiento como patrimonio cultural.

Toda la visita me gustó mucho, y ojalá tenga más oportunidades para venir de nuevo a pasear entre estas piedras que tanto tienen que contar.

Museos Capitolinos

Por la tarde aprovechamos para visitar los Museos Capitolinos; fueron construidos en el S.XV por el Papa Sixto IV (la cara de tu retrato), para albergar las obras que iba coleccionando. Este gusto fue heredado por pontífices posteriores y el resultado es un popurrí increíblemente valioso de obras de arte.

Los museos son dos edificios unidos por un pasadizo bajo tierra. En el Palacio de los conservadores hay una terraza panorámica que ofrece unas vistas preciosas.

La cafetería y la terraza del museo se pueden visitar sin necesidad de pagar la entrada al museo.

La mayoría de las salas contienen las obras de arte bien organizadas, aunque diría que están ahí todas, sin una selección clara.

Algunos de los greatest hits de esta colección son la Loba capitolina, el Espinario, la Estatua ecuestre de Marco Aurelio o el Gálata herido.

Por supuesto, el museo también tiene algún Caravaggio, y por supuesto, ahí estábamos viéndolos. El museo me gustó mucho aunque acusé un poco de agobio por tanta obra de arte, que me dejaba algo insensible. Como si estuviera todos los días viendo esculturas de titanes. Creo que merece la pena visitarlo en modo paseo, sin ánimo de ser exhaustivo.

Al salir del museo comenzó a llover, así que nos enfundamos nuestros chubasqueros y nos dirigimos al Trastévere para cenar y descansar.

Hoy comí…

A mediodía nos acercamos a un restaurante cerca de la Plaza Venezia; pedimos risotto y saltimbocca (filetes de ternera con salsa de salvia). El servicio fue bastante malo y la comida rica sin más. El caso es que pagamos y horas más tarde descubrimos que el banco nos había devuelto el importe. Ups el karma.

Por la tarde-noche decidimos probar el famoso aperitivo italiano: consiste en un buffet libre (suelen empezar a las 18:30!!) del que se puede comer si se consume una bebida (que va a costar entre 8 y 10€). Nosotros fuimos a un aperitivo que tenía cockteles y el buffet es vegano. ¡Me gustó mucho! Se me hizo raro cenar a esas horas, pero resulta un buen plan para antes de salir.

Y como postre, nos acercamos a otra heladería donde el helado estaba delicioso, hacía honor a su nombre y a lo mejor me abracé con la máquina de helados.

En los 200 metros que separaban la heladería de nuestro hotel cayó el diluvio universal y, a ver cómo lo digo finamente, se me mojaron hasta las bragas. Ups el karma… Y si queréis limpiar el karma de vuestros chakras mirad este selfie, que no es de este mundo:

¡Hasta el siguiente informe dendarii!

Índice de posts de Roma 2019

  1. Roma MMXIX - Dies I
  2. Roma MMXIX - Dies II
  3. Roma MMXIX - Dies III
  4. Roma MMXIX - Dies IV
  5. Roma MMXIX - Dies V
  6. Roma MMXIX - Dies VI
  7. Roma MMXIX - Dies VII et VIII
  8. Roma MMXIX - Itinerario y pecunia