Portugal 2017 - Évora y fin
El día de vuelta nos lo tomamos con calma y haciendo una parada en Évora, ciudad del interior y cuyo casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Así que decidimos ir a por nuestro trocito de patrimonio.
En primer lugar fuimos a ver la Iglesia de San Francisco y su exposición de belenes (que llaman presépios porque belén ya estaba pillado con los pastelitos). Fuimos un poco por despiste, pero resultó ser una exposición muy curiosa, sobre todo cuando en las vitrinas jugaban al “más difícil todavía”: un belén en una cáscara de nuez, y después, un belén en la cáscara de un cacahuete.
Dejamos los belenes y entramos después en la famosa Capela dos Ossos, una capilla decorada con huesos, donde los monjes meditaban sobre la transitoriedad de la vida, bajo el lema:
Nos ossos que aqui estamos pelos vososs esperamos
Que en lengua llana significa: “la que os espera”. Es una visita muy pequeña que pudimos disfrutar prácticamente solos. Después de comer nos acercamos a la catedral y el claustro, de nuevo una visita breve pero muy interesante. Y de camino al coche callejeamos por Évora, disfrutamos de su impresionante templo romano, de las vistas que ofrece desde sus balcones y de nuestras últimas horas de viaje por Portugal. Y de algún caché.
Y con muy buenas sensaciones nos despedimos de un viaje breve y maravilloso; Portugal sigue siendo un lugar precioso para visitar y para vivirlo. Nos hemos sentido muy bien recibidos y espero tener la oportunidad de volver pronto y seguir profundizando en esa tierra.
Generalidades
El agua se puede beber sin problema. Hay buenos transportes públicos (trenes, buses, cercanías). La gente ha sido muy amable. En los restaurantes te ponen siempre un aperitivo que no es detalle de la casa, y que suele subir el precio de la cuenta. Con no tocarlo es suficiente, te lo retiran y por supuesto no te lo cobran.
Atención, warning, achtung: en muchos (muuuchos) sitios no aceptan pagos con tarjeta; nos ha pasado en todo tipo de establecimientos: desde restaurantes hasta en monumentos. Esto no sería problemático si al encontrar un cajero pudiera sacar dinero. Sin embargo, muchos (muuuchos) cajeros no nos daban dinero, con ninguna tarjeta. En una ocasión renunciamos a encontrar un cajero y en cambio encontramos un restaurante que sí nos aceptara tarjeta. En el caso de la Capela dos Ossos no podíamos elegir ir a otra capilla decorada con huesos que sí aceptara tarjetas, así que tocó probar en 5 cajeros (con varias tarjetas distintas) hasta que conseguimos efectivo. Es decir, tenedlo en cuenta e id siempre con efectivo.
Por lo demás, es muy sencillo viajar; el castellano y el portugués además son interoperables entre sí (si hablamos despacio y sin mucha subordinación) lo que facilita entenderse. El primer día, nos dijo el guía que en Portugal se ríen de los pocos idiomas que hablamos. Con razón. La cuestión es que lo mismo los portugueses hablaban castellano conmigo y por eso nos entendíamos tan bien. Nunca sabremos la verdad.
Pecunia
Aunque fue un viaje breve, la costumbre de ir anotando gastos está ahí así que aprovecho y hago el resumen. En 4-5 días de viaje, nos hemos gastado un total de 725€, distribuidos de la siguiente forma:
- Transporte (gasolina y aparcamiento): 145€
- Alojamiento: 197€
- Comida: 215€
- Entradas/Turismo: 131€
- Regalitos: 34€
Es muy fácil abaratar el viaje en transporte, comida y alojamiento, y que siga siendo un viaje fantástico.
Como fantástico es este selfie, que creíais que no venía, pero sí:
Y las foticos de despedida:
Una vez más, viajar con Alex es un planazo; y ya estamos preparando nuestro próximo periplo. ¡Hasta la próxima!