Tras un primer día tan chulo, nos levantamos muy motivados por subir a Fuente Dé. Habíamos previsto una ruta senderista potente, pero había demasiada nieve y no parecía muy prudente ir por nuestra cuenta. Así que en su lugar, contratamos una excursión con raquetas por la nieve.
En Fuente Dé está la estación del teleférico; viene a ser “abajo”. Y con el teleférico, llegas a lo que va siendo “arriba”. En la estación / taquillas se vieron desbordados por la cantidad de gente que había (en realidad no era tanta gente, pero deben estar acostumbrados a cuatro gatos) y reaccionaron fatal: colas sin sentido y sin información.
¡Puente tontako! Se venía un puente y teníamos ya ganas de salir unos días; aprovechando que teníamos noches de alojamiento regaladas, nos buscamos un hotel rural en Cantabria. Es un sitio que me gusta mucho y que quería visitar con Alex.
Decidimos poner nuestra base de operaciones en Pesariego, un pueblo muy pequeño en la carretera que llega a Potes y más allá a Fuente De. Un sitio fantástico en lo profundo del Valle en la comarca lebaniega.