
A estas alturas media España sabe que estamos en Tenerife, ya que Marta y yo os lo hemos recordado por todas nuestras redes sociales digitales y analógicas para daros envidia. Ya estamos en el hotel descansando tranquilamente y organizándonos las visitas de los próximos días.
El viaje casi termina con una mitad del grupo asesinada por la otra mitad. ¿Sabíais que Ryanair te cobra un auténtico pastón si vas a por la tarjeta de embarque sin el billete imprimido con tu propia sangre? Pues sí, lo hace. Cabrones. Pastón significa 60€ por pasajero y trayecto. Echen cuentas. Así que yo estaba ayer de cena y copichuelas con mi empresa y llego a las 3am a casa y me encuentro un mensaje de Marta preguntando si había imprimido los billetes “tal y como dijiste que harías, eh yami, eh, EH”. Y como os podéis imaginar en esta historia de romance y tensión, no, no había imprimido los billetes. En mi descargo diré que la culpa no es mía, sino de Arch, que no hay quien configure una impresora ahí (creo que me arrepentiré de haber dicho esto XD).