Tenerife IV- Teide y fin
El sábado por la mañana tocaba madrugar un poco para ir al Teide cómodamente. En mi reloj ponía que eran las 8:15, una hora bastante buena para levantarse:
- ¿Por qué te levantas tan pronto?
- No es tan temprano
- Son las 7:15
- En mi reloj son las 8:15
- Porque tu reloj está en horario España peninsular
- …
- ¿Una hora menos en canarias?
- Lo que yo decía
Y así Marta se ha levantado y nos hemos encaminado al Teide. El trayecto de subida ha sido de nuevo un paseo por paisajes preciosos; en la parte baja un bosque, pelado en esta época del año, y conforme íbamos subiendo, cada vez menos árboles y menos arbustos, y más roca desnuda.
Y para que veáis que este blog no son sólo las tonterías que se me ocurren, aquí va un párrafo de utilidad. El Teide tiene unos 3718 metros (aproximadamente). Nosotras subimos por la carretera de la Orotava y llegamos hasta el parking que es también la base del teleférico. Allí te piden un donativo de 25€ por coger el teleférico (subida Y bajada). El teleférico te sube hasta los 3500 metros y aquí hay 3 rutas básicas:
- dos rutas en esta misma altura por unos caminos señalizados que van a miradores
- una ruta que lleva a la cima, también por un camino muy bien señalizado. Para este ascenso hace falta autorización. Es gratuita,pero solo dan un número limitado de autorizaciones al día. Nosotras no lo supimos con tiempo así que nos quedamos sin coronar el Teide.
La autorización se consigue aquí: http:/www.reservasparquesnacionales.es/real/ParquesNac/usu/html/Previo-inicio-reserva-oapn.aspx?cen=2&act=%201 Hay un calendario con las fechas disponibles y es interesante tenerlo en cuenta a la hora de organizarse el viaje.
Aunque nos quedamos sin subir, pudimos dar un paseo a esa altura y disfrutar de unas vistas geniales. Nos habían avisado de que tuviéramos cuidado con el mal de altura: yo no detecté ningún síntoma, pero Marta sí que notó un súbito dolor de cabeza que atribuyó a un posible mal de altura. No quise mencionar nada del vino y los mojitos del día anterior… ¬¬’
Tras el paseo y las fotos de rigor, nos encaminamos de nuevo hacia el nivel del mar, esta vez por el camino hacia La Laguna, que cruza el Mar de nubes.
En Santa Cruz de Tenerife nos recogió una prima mía que nos hizo una improvisada ruta turística por la capital. Y después nos fuimos con mi familia a cenar a un guachinche. Como ya llevábamos bastante paliza de los días anteriores, recogimos medio pronto para mentalizarnos sobre el viaje con Ryanair que nos tocaría al día siguiente.
Algunas notas de interés sobre Tenerife:
- el vuelo y el hotel nos salió muy barato, pero en realidad, diciembre es temporada alta en Puerto de la Cruz debido al turismo de alemanes de tercera edad.
- el tiempo viaja a otra velocidad. Mejor no entro en detalles, pero es así…
- cuando finalmente lleguen los cylon a la tierra, en Tenerife ni se enterarán: no tienen apenas cobertura así que serán inmunes a la invasión. Yupi. Ejem.
- me quedon con muchas ganas de volver y unas cuantas cosas que hacer: llegar a la cima del Teide, la ruta del faro de Anaga, snorkel en los acantilados de los gigantes…
Tenerife me ha sorprendido un montón, es un destino muy muy recomendable para quienes disfrutamos de la naturaleza y tiene muchas opciones de ocio. Además, Marta es una marraja e ir con ella de viaje es siempre una gozada. ¡Hasta el próximo viaje!