Como es habitual al finalizar un viaje largo, me gusta hacer un pequeño resumen sobre el itinerario y gastos del viaje; además de un vistazo al viaje, puede resultar útil si quieres planificar un viaje similar.
Itinerario
Ha sido un roadtrip en toda regla; especialmente la primera parte del viaje estuvimos durmiendo una noche en cada sitio, avanzando poco a poco. La segunda mitad nos tuvo varios días seguidos en una finca del interior de Albufeira donde pudimos descansar.
Este es el recorrido que hicimos en coche:
Empezamos visitando Salamanca, una ciudad a la que siempre volver, por su ambiente y su patrimonio. Nos dio tiempo a dar un paseo por sus calles, asomarnos a la escalera del cielo, al huerto de Calisto y Melibea y al astronauta… y después fuimos a Ciudad Rodrigo, que yo no conocía. Encontramos una ciudad medieval recoleta y tuvimos la suerte de coincidir con un evento de astroaficionados. Y descubrimos Siega Verde, un yacimiento arqueológico estupendo.
Y entonces entramos en Portugal, un país del que somos muy fans en el Equipo Tontako y que siempre nos trata super bien. Fuimos a la Serra da Estrela, un conjunto de valles glaciares tranquilos, y con unas carreteras panorámicas preciosas.
Seguimos hasta el norte de Portugal, donde visitamos algunos pueblos emblemáticos como Amarante, Braga o Guimaraes, y, por supuesto, visitamos la capital del norte: Porto. Esta vez la ciudad me pareció menos decrépita, más viva y más cuidada. Y probé las franzesinhas que son una comida para antes de ir a la guerra; nosotros nos subimos y bajamos todas las cuestas de Porto y más o menos es equivalente.
Antes de dejar el norte, nos dejamos seducir por los fados tunos de Coímbra y su Universidad icónica; también asaltamos Óbidos, ciudad medieval por excelencia.
Y entonces nos acercamos al mar Atlántico. Desde Peniche, visitamos las islas Berlengas, su fuerte y sus cuevas. Y en el Algarve nos asomamos a sus acantilados y a su desconocida sierra, que nos regaló tiempo. Aunque el Algarve y la playa claramente no me enamoraron, me dieron la oportunidad de descansar realmente y de conectar con un paso tranquilo, además de comer increíblemente bien, así que por este motivo me llevo una impresión fantástica.
Nos escabullimos brevemente para ver Doñana y terminamos en Sevilla, para mí el gran descubrimiento del viaje. Una ciudad maravillosa a la que quiero volver pronto para seguir descubriendo grandes monumentos y pequeños rincones.
Todo esto lo hicimos en 17 días; no llevé la cuenta precisa de los kilómetros, pero mirando el mapa, calculo que hicimos unos 2700kms. También hicimos alguna ruta senderista y mucho paseo urbano. Y lo más importante, cogimos 115 cachés \o/
Gastos
El viaje por Lusitania nos ha costado 2838€, y en este presupuesto está todo, incluída la Gatoteca en la que cuidan de nuestros gatetes cuando estamos de viaje.
Este presupuesto significa:
- 1420€ por persona
- 166€ de media al día
- 83€ de media por persona y día
Desglosando por categorías:
- 946€ de alojamiento
- 872€ de comida
- 304€ de transporte (gasolina y peajes)
- 296€ de entradas turísticas
- 280€ de Gatoteca
- 140€ de gastos varios como recuerdos de vuelta
Es un viaje en el que no hemos mirado mucho los gastos que hacíamos; hemos comido (mucho y muy bien) en restaurantes y hemos hecho todas las actividades que queríamos. Los alojamientos los escogíamos más que por su funcionalidad de “base de operaciones”, por el confort que nos darían. En todo caso, como no tenemos vicios especialmente caros (compras, vinos, lujo…), considero que el presupuesto final ha quedado correcto.
Estos costes se pueden abaratar muchísimo en casi todos sus aspectos; en Portugal el alojamiento y la comida pueden llegar a ser mucho más baratos que en España, aunque la gasolina sea bastante más cara; pero en general se puede recortar mucho sin perder la esencia del viaje.
Otras cuestiones
En este viaje hemos hecho mucha “experiencia gastronómica”: franzeshinas, queijos, cataplana, bacalhau a brás, arroz con pulpo, prato do dia, vinho verde y rosé… estaba todo muy rico siempre, pero no tardé en echar de menos comida casera y más ligera porque andaba siempre como llena. No me voy a quejar porque probé cosas deliciosas, pero en general hay que tener cuidado con las comidas en los viajes.
En la parte sur de Portugal hemos visto mucho más turismo que en el norte; la temporalidad de la playa aguanta más por lo que vi, aunque no mejor, a juzgar por el perfil “playa-cerveza” que vi en los pueblos costeros.
Y otra cuestión, de mayor importancia para mí: he reconectado con las ganas de viajar. El año 2021 me tiene bastante despistada en general, con el modo “pandemia a medias” y reconozco que comencé este viaje con pocas expectativas, iba de viaje “por no quedarme en casa”. Estas vacaciones han terminado siendo alucinantes y han superado todas las expectativas. Ni que decir tiene que la mitad de la culpa es de Alex que es un compañero de viajes fantástico; pero también la desconexión y el descanso me han traído un pequeño regalo inesperado: he empezado a planificar viajes futuros. Llevaba meses sin pensar en los próximos viajes, porque “para qué, si de un día para otro la cosa puede cambiar”. Esto tal cual es cierto, pero de alguna forma esta incertidumbre había hecho mella en mi capacidad para ilusionarme con los viajes. Y es difícil “hacer ganas” cuando no se tienen ganas. El caso es que en este viaje me he encontrado hablando con Alex de nuestras próximas salidas. Hemos revisitado el plan de ir al Camino de Santiago (era nuestro viaje de 2020) para reajustarlo a algo menos dependiente de la pandemia, y hemos puesto también nuestra vista en un viaje por las Highlands de Escocia. Y antes de que acabe el año aún tenemos alguna escapada que iré contando por aquí.
Y como quiero que la vida os haga tanta ilusión como a mí, ¡un selfie tontako!
¡Hasta la próxima aventura Dendarii! Y mientras, aquí os dejo el índice completo del viaje: