
El último día en Eslovenia nos lo hemos tomado con calma. Por la mañana nos acercamos a Kropa, a visitar su museo sobre forja. Muy interesante, con un montón de piezas de forja preciosas.
El museo explica cómo se hacían las piezas al comienzo y cómo se fueron industrializando los procesos. La forja ha sido el motor económico de este pueblo durante varios siglos. En el período entre guerras, tuvieron que cambiar los ornamentos y puertas por material para construir vías de tren, y años después, estuvieron a punto de irse a pique, pero aguantaron gracias a la manufactura de piezas de metal para zapatos (especialmente de montaña).